Hallan el cadáver de un montañero español en un precipicio de la sierra de Lima.
La Policía peruana halló el cadáver del montañero español Ignacio García Romanillos en un abismo de unos 100 metros de profundidad, en la localidad de Cajatambo, en la sierra de la región de Lima cinco días después de desaparecer mientras realizaba una caminata en la cordillera andina Huayhuash.
Huayhuash es un conjunto de cumbres en los Andes, varias de las cuales tienen más de 6.000 metros de altitud, y cuyo recorrido abarca parte de las regiones Huánuco y Ancash, 175 kilómetros al noreste de Lima. Conocida también como "espejito del cielo", es una de las preferidas para hacer caminatas a un promedio de 4.000 metros de altura por una ruta de 165 kilómetros que se completan en una semana atravesando lagunas y nevados, son visitados por expedicionarios de todo el mundo.
El 31 de agosto Ignacio García Romanillos inició desde Huaraz una ruta por la cordillera Huayhuash, conocida mundialmente por sus condiciones para el trekking. Al término de esa ruta, tenía previsto reunirse el domingo 5 en Cuzco con unas amigas de Madrid para hacer el camino inca. Para su ruta por Huayhuash había contratado un arriero/portador, como allí es habitual.
La penúltima etapa de esta ruta, el viernes día 3, al ser más larga que las anteriores la hizo adelantándose al arriero. El trayecto que tenía previsto hacer era campamento Huayhuash-campamento de Viconga-Nevado Cuyocraju y vuelta al campamento Viconga, donde había quedado con el arriero a las 16:00 horas, para continuar al día siguiente. A este último lugar no llegó. Lo único que se ha sabido de él es por un testigo que lo vio el viernes 3, sobre las 12:00 horas, en el camino entre Viconga y Nevado Cuyocraju.
El arriero entregó las pertenencias de Ignacio García-Romanillos a la Policía y ésta las ha hecho llegar al Consulado de España en Lima. Por las mismas y por el testimonio del arriero, se sabe que García-Romanillos inició la caminata del día 3 con ropa apropiada para el clima lluvioso y provisto de alimentos y agua.
El último contacto familiar lo tuvo mediante un correo electrónico el 31 de agosto, después se adentraba en una zona sin cobertura telefónica, aunque va provisto de dos teléfonos móviles en los que no hay respuesta a las numerosísimas llamadas que se le han hecho.